Había una vez un
gigante que estaba muy enamorado de una mujer pequeña. Todos los días esperaba
en la puerta de su trabajo para hablar con ella, pero no se animó nunca a
confesarle su amor por miedo a que lo rechace por su tamaño. La mujer
soñaba con irse a vivir a una casa muy pequeña como ella, que tuviese en
frente un jardín de madreselvas.
Cansada de
ir a trabajar todos los días, una tarde decidió renunciar e irse con un enano
rico que tenia una casa como la que ella quería. El gigante se puso
muy triste pero entendió que los grandes amores no caben en casas pequeñas.
Desde ese día el gigante llora día tras día, por aquella amada mujer
pequeña, que nunca se dio cuenta de todo el amor que podía ofrecerle el gigante.
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