El 2 de abril de 1982, se llevó a cabo el desembarco de 5000 efectivos en Puerto Stanley, rebautizándolo Puerto Argentino. El gobierno militar del general Galtieri había dado la orden de desembarco, y aunque tuvimos la solidaridad de países hermanos, nos estábamos enfrentando a la flota más poderosa del mundo, la británica, además de los EEUU y la propia OTAN.
Aunque el reclamo era justo, fue una guerra inútil, porque no hubo previsión ante el enemigo que enfrentábamos. El sacrificio costó más de 600 vidas y 1300 heridos. Por varios años, los veteranos de guerra fueron tratados con indiferencia, hasta que desde el Congreso de la Nación se logró el reconocimiento para estos héroes. En dos Asambleas Legislativas Especiales, se colocaron 2000 medallas de Hierro (como el espíritu de estos soldados) en los pechos de quienes combatieron en las Islas Malvinas y se les entregó un Diploma de Honor. También se les otorgó, como determina la Convención de Ginebra, las respectivas Pensiones de Guerra.
Hoy recordamos esa gesta pidiendo un minuto de silencio por los hombres que arriesgaron sus vidas durante 74 días, peleando hasta el final. A los combatientes sobrevivientes, les decimos que para cada argentino, es una herida abierta saber que las Islas Malvinas siguen siendo un reducto de colonialismo británico, cada vez más fortalecido y provocador para nuestra soberanía política.
Cada 2 de abril conmemoramos el “Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas”. Este año, una vez más, nos sumamos al sentimiento sincero y patriótico de nuestros combatientes.
En este video podemos ver el conflicto desde los ojos de un niño argentino
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